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miércoles, 15 de diciembre de 2010

¿Cuánto me quieres?


Una respuesta cristiana bien podría ser, tanto como reces por mí.

Es verdad que hacemos muchas cosas por cariño, que nuestro amor se traduce en muchas obras buenas, de servicio, de delicadeza y atención.

También es verdad que rezar cuesta, pero tenemos a Jesús como un claro ejemplo de que hay que mantenerse en constante diálogo con Dios Nuestro Señor.

Cuando queremos a alguien le llevamos en el pensamiento, en el corazón, y necesariamente para un creyente, ese amor acaba verbalizandose en una humilde oración.

Rezar, ese es el secreto.

2 comentarios:

Andrei Rublev dijo...

Un humilde no saber qué decir; ni cómo hacerlo...

Anónimo dijo...

¡Qué razón tienes!. Yo muchas veces he notado la fuerza de esa oración por mí. Hoy voy a rezar por tí.