Marita desde Chile
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Dos supernumerarias blogueras



jueves, 24 de febrero de 2011

Moda: la importancia del vestir

Nuestro estilo de "cubrirnos con ropa" dice mucho en la primera impresión que tenemos unos de otros. Como somos limitados, necesitamos elementos de juicio, y la ropa, la moda, es uno que habla en muchos casos por si solo. Claro, podemos equivocarnos, pero no es lo habitual. La ropa nos protege, no sólo de la intemperie sino de las miradas ajenas, pues no todas las miradas son legítimas ni todas limpias.

San Josemaría  nos dejó como herencia, para que no lo descuidemos y dentro de lo que podamos, que intentemos meternos en ese fascinante mundo que han hecho cautivo personas que no son precisamente los más interesados en destacar lo femenino ni lo bueno de las mujeres que dicen que "visten", pues la tendencia es más a desvestir y a afear. Pareciera que el límite sólo es el catarro y la gripe A1H1 actualmente en las noticias.
¿PUDOR, MODESTIA? ¿qué es eso, por favor?
"El pudor y la modestia son hermanos
pequeños de la pureza"
Camino 128
Hay moda que distingue a quien la usa, te hace especial, llama la atención hacia lo que la persona es por dentro. La hace interesante de descubrir porque se ha elegido bien. De ahí viene la palabra "elegancia". No se te impone desde fuera, tú ELIGES. Eres libre.
Ya que estamos hablando de lo que te cubre -o descubre- me encanta que los clérigos usen sus ropas de tales. Se ven elegantes dentro de su estado de consagrados; y lo más importante es que desde lejos se reconoce su condición y nadie se equivoca, a no ser que alguien quiera ignorar lo que las vestiduras eclesiales desean gritar.

viernes, 18 de febrero de 2011

En 1 minuto se puede hacer

 Mi amiga Luz María venía llegando de Roma donde había estado en una tertulia con don Javier Echevarría, para nosotros el Padre, quién los animaba a no perder oportunidades de hablar de Dios y hacer el apostolado a que estamos llamados los bautizados sólo por serlo.

Ví en primera persona que es posible en tan sólo un minuto, porque al visitar a otra amiga ,enferma en una clínica, llegó la enfermera a tomarle la temperatura, y ella en el breve espacio de poner y sacar un termómetro le habló de Dios y le hizo un par de preguntas simpáticas pero "con garrra" apostólica. 

Nunca se me ha olvidado y lo traigo a colación para no perder tiempo con demasiadas consideraciones; hay que hablar a "tiempo y a destiempo", como recomienda san Pablo. 

El tiempo es breve.

jueves, 10 de febrero de 2011

¿SABES QUE TE QUIERE?


No podemos perder de vista la realidad más consoladora de todas la que existen: Dios nos quiere.

Me quiere-te quiere-con un amor desmedido-infinito-con un amor paciente, un amor entrañable, un amor paternal.

Donde me perdona-te perdona-todo lo que haya hecho-sólo me pide arrepentimiento-y yo me arrepiento.

Me espera, me busca, me sale al encuentro. A veces en forma de amiga, o como mendigo en la calle, o como hijo con problemas...Dios se hace el encontradizo.

No se cansa de mis infidelidades, ni de mis huidas, ni de mis miserias.

De nada se espanta.

Está siempre dispuesto a darme un abrazo y me lo da. Y me envuelvo en sus brazos protectores y lloro en su pecho mis desconsuelos, mis heridas.

Se lo digo bien claro, aunque El puede penetrar mis más ocultos pensamientos: ¡ayúdame!

Y Él me ayuda.

No lo hace quizás, del modo en que se lo pido. No lo hace quizás cuando yo lo estoy pidiendo, pero es que Él sabe más que yo, así que no pongo en duda en ningún momento, que las cosas vienen siendo como son porque así tienen que ser.

Si fuéramos conscientes de cuánto nos quiere Dios...dejaríamos marchar al miedo, acabaríamos con las dudas eternas y por encima de cualquier sentimiento o emoción, descubriríamos el placer de vivir, porque sentirse querido así, con amor pleno y exclusivo, es la más honda de las alegrías, a pesar de los pesares que en esta vida no faltan.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Lecciones de Gerasa

Ayer hemos meditado el evangelio de la misa del día en que se nos contaba la historia del endemoniado de Gerasa del que el Señor sacó una legión de demonios.

"Vete a tu casa, donde los tuyos, y cuéntales lo que el Señor ha hecho contigo y que ha tenido compasión de ti. El se fue y empezó a proclamar por la Decápolis todo lo que Jesús había hecho con él, y todos quedaban maravillados"     

Me he detenido largo rato en el mandato de Jesús a quedarse en su sitio y que hiciera apostolado entre los suyos, pese a que el hombre quería seguirlo físicamente de cerca.

A la mayoría de nosotros nos ha dicho lo mismo, y esa es una de las cosas más maravillosas de mi vocación al Opus Dei, poder seguir al Señor en el sitio de siempre. Que el cambio sea en la intención, en el amor que le ponemos a las mismísimas cosas que hacíamos antes, como ilustra el punto 498 de Surco:


"Me escribes en la cocina, junto al fogón. Está comenzando la tarde. Hace frío. A tu lado, tu hermana pequeña —la última que ha descubierto la locura divina de vivir a fondo su vocación cristiana— pela patatas. Aparentemente —piensas— su labor es igual que antes. Sin embargo, ¡hay tanta diferencia!
—Es verdad: antes “sólo” pelaba patatas; ahora, se está santificando pelando patatas"