Nuestro estilo de "cubrirnos con ropa" dice mucho en la primera impresión que tenemos unos de otros. Como somos limitados, necesitamos elementos de juicio, y la ropa, la moda, es uno que habla en muchos casos por si solo. Claro, podemos equivocarnos, pero no es lo habitual. La ropa nos protege, no sólo de la intemperie sino de las miradas ajenas, pues no todas las miradas son legítimas ni todas limpias.
San Josemaría nos dejó como herencia, para que no lo descuidemos y dentro de lo que podamos, que intentemos meternos en ese fascinante mundo que han hecho cautivo personas que no son precisamente los más interesados en destacar lo femenino ni lo bueno de las mujeres que dicen que "visten", pues la tendencia es más a desvestir y a afear. Pareciera que el límite sólo es el catarro y la gripe A1H1 actualmente en las noticias.
"El pudor y la modestia son hermanospequeños de la pureza"Camino 128
Hay moda que distingue a quien la usa, te hace especial, llama la atención hacia lo que la persona es por dentro. La hace interesante de descubrir porque se ha elegido bien. De ahí viene la palabra "elegancia". No se te impone desde fuera, tú ELIGES. Eres libre.
Ya que estamos hablando de lo que te cubre -o descubre- me encanta que los clérigos usen sus ropas de tales. Se ven elegantes dentro de su estado de consagrados; y lo más importante es que desde lejos se reconoce su condición y nadie se equivoca, a no ser que alguien quiera ignorar lo que las vestiduras eclesiales desean gritar.
2 comentarios:
Hola, encantada de conocerte. Volveré a visitarte, si no te importa.
Un beso
nela
¡Cómo nos va a importar, Nela! es muy importante ver que llegan amigos acá.
Bienvenida
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