Sea esto el ejemplo vivo de que donde dije "digo" digo "diego".
Vuelvo.
Abro este espacio.
Voy buscando la luz, el aire, la libertad.
Dios está en mi calle, en mi corazón abierto.
No puedo callármelo, porque el silencio aprieta.
Desempolvo las teclas y vuelvo casi por Navidad.
De momento estoy en la espera, tiempo de Adviento, esperanza de aquel que llega envuelto en pañales.
Al Niño le pido que me quiera mucho, que necesito su amor.
Voy a ver si le convenzo, me acurruco a su lado y que la Virgen nos meza a los dos que tengo frío.
¿Te apuntas?
¿Te apuntas?
Tinta.
2 comentarios:
¡Maravilloso, Tinta! Parece qeu acurrucarse junto a María abre hasta puertas que estaban bastante cerradas.
Besos
Se te ha desatado la furia escritora. Me alegro mucho. Rincones como este hacen falta
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