Marita desde Chile
Tinta desde España
Dos supernumerarias blogueras



miércoles, 22 de febrero de 2012

La sal de la mortificación en cuaresma



Acabo de poner la mesa para almorzar/comer y, mientras colocaba todo con el detalle que corresponde, pensaba en cuántas cosas podemos mortificar en las comidas, sobre todo en Cuaresma. 

Por si no se te ha ocurrido enumero algunas:

  • No agregar más sal a la que traen los platos y no quejarnos si está un poco salado.
  • Ni tocar el pan y menos ponerle mantequilla en las comidas "fuertes"
  • En vez de líquidos artificiales, tomar agua de la llave/grifo, quizás sin hielo siquiera.
  • No repetirse nada. No dejar nada por capricho.
  • Comer menos de lo que me gusta y más de lo que me disgusta, como recomendaba san Josemaría.
  • Algunos días dejar de tomar postre o café........
Como vemos, la mesa da para muchas mortificaciones pequeñas que sólo nos atañen a nosotros, sin mortificar a los demás. Si te fijas, todo lo propuesto es en negativo: no ésto, no lo otro.... es que la mortificación tiene como base el negarse a uno mismo para poder tomar la cruz CON Cristo y seguirlo. ¿Lo intentamos?

lunes, 20 de febrero de 2012

Dirección espiritual


Tenemos un grupo de amigas que cada quince días asisten a una charla de formación doctrinal.

Una de ellas me ha dicho al salir que quería preguntarme algo.

La pregunta es: ¿qué tiene que hacer para tener dirección espiritual? ¿quién podría atenderla?

Tiene claro que necesita alguien que le guíe, que le oriente, que le aconseje.

Lleva apenas unos meses asistiendo a estas charlas pero ha descubierto un océano y tiene ganas, muchas ganas de aprender.

¡Quiere conocer a Cristo!

Hemos charlado un rato y nos hemos despedido hasta dentro de unos días en que volveremos a vernos para hablar con más calma y profundidad.

Me ha dejado con una sonrisa de oreja a oreja y he pensado lo contento que se habrá puesto Dios con esta hija suya que siente la necesidad de la dirección espiritual.

sábado, 18 de febrero de 2012

Alegría de vivir


Es bueno recordar que para un cristiano la vida tiene una dimensión que escapa a la unidad de medida humana.

La hondura del amor nos lleva a disfrutar cada instante con valor de eternidad.

Cada día viene cargado de sorpresas, de frescura, de alegría.

Cada momento es para ser vivido y tomar conciencia de lo afortunados que somos.

Como católica que soy, hago siempre incapie en la alegría que nace en el corazón del creyente; lejos quedan aquellos conceptos tristones y oscurantistas que se achacaban a los seguidores de Cristo.

Nada hay más hermoso en esta vida que saberse querido por Dios, nada produce más alegría, ni mayor paz.

Sólo hay que experimentarlo para entenderlo.

domingo, 5 de febrero de 2012

¿Se equivoca la Iglesia?


Mis confirmandos-el grupo de adultos que preparo para recibir el sacramento de la Confirmación-opinan que en ciertos temas la Iglesia se equivoca.

Piensan que tiene que cambiar en temas de moral como los que afectan a tantas personas en materia de matrimonio: hombres casados que viven con otra mujer, mujeres separadas que se casan de nuevo, etc etc

Este tema-les explicaba yo-es complicado y difícil de entender; de hecho, humanamente no se entiende, pero, si estamos dentro de la Iglesia tenemos la obligación de obedecer, de confiar, sabiendo que la Iglesia es Madre, que nos quiere, nos cuida y sobretodo, protege el legado que Jesucristo le dio.

Hay cosas en las que no estamos de acuerdo-y no pasa nada-Pero por encima de nuestra razón, de nuestras ideas, de nuestros sentimientos, sí que tenemos que tener muy claro que Dios sabe más, que la Iglesia sabe más, y que nos toca obedecer, simplemente eso.

miércoles, 1 de febrero de 2012

¿Cuántos orarían ahí, esos días?

Durante una estadía fuera de casa por vacaciones, trataba de cumplir con mis normas del "plan de vida"* que he ofrecido mantener y por el que me esfuerzo cada día, porque lo necesito para manternerme en forma espiritualmente hablando, porque de no ser por esos ratos dedicados al Señor de forma especial no sé en qué estado llegaría de regreso a mi vida ordinaria.

La naturaleza, el tiempo para reflexionar, el compartir con la familia, me daban tema cada día, y pensaba, mientras cargaba las baterías físicas y del alma: ¿Cuántos harán oración en este sitio hoy? Me daba mucha alegría pensar que mi esfuerzo para no dejar pasar un día sin oración ni rosario, entre otras cosas, de algún modo alegraban al Señor, y agradecía de nuevo mi vocación de supernumeraria, de estar ahí para alabarlo y agradecerle.

*Plan de vida: Actividades que ofrecemos cada día al Señor, como es la oración mental, la lectura del Evangelio, el Santo Rosario, etc