Durante una estadía fuera de casa por vacaciones, trataba de cumplir con mis normas del "plan de vida"* que he ofrecido mantener y por el que me esfuerzo cada día, porque lo necesito para manternerme en forma espiritualmente hablando, porque de no ser por esos ratos dedicados al Señor de forma especial no sé en qué estado llegaría de regreso a mi vida ordinaria.
La naturaleza, el tiempo para reflexionar, el compartir con la familia, me daban tema cada día, y pensaba, mientras cargaba las baterías físicas y del alma: ¿Cuántos harán oración en este sitio hoy? Me daba mucha alegría pensar que mi esfuerzo para no dejar pasar un día sin oración ni rosario, entre otras cosas, de algún modo alegraban al Señor, y agradecía de nuevo mi vocación de supernumeraria, de estar ahí para alabarlo y agradecerle.
*Plan de vida: Actividades que ofrecemos cada día al Señor, como es la oración mental, la lectura del Evangelio, el Santo Rosario, etc
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