Desconozco las tendencias religiosas de los atletas paralímpicos, pero hoy he podido verlos y me han emocionado; bueno, me han hecho llorar, para ser exactos.
Me estaba dando pena de mi porque me sobran unos kilos...y entonces les he visto en la tele.
Realmente estas personas tienen una fe grande. Creen en el esfuerzo, en la superación, en el trabajo, en la constancia; tienen fe en ellos mismos, en su fuerza, en la disciplina.
Cuando esa fe humana se sostiene en la fe en Dios, damos un salto de pértiga sumando a la fuerza humana la fuerza de Dios y entonces todo se hace posible.
Me ha venido a la mente un tetrapléjico que es sacerdote del Opus Dei: D. Luis de Moya y copio unas palabras suyas sacadas del libro que estoy leyendo:
"Me siento en una situación de privilegio respecto a los que no tienen fe. Como se siente un astrónomo desde su punto de observación ante el firmamento, si se compara con el que sólo dispone de sus sencillos ojos para mirar. ¡Cuántos más detalles de la misma realidad es capaz de captar y transmitir quien dispone de telescopio! Pues lo mismo ocurre con la fe. Gracias a ella veo: creo que un Amor inmenso preside mi vida. Y la de todos, aunque muchos no se den cuenta. Por resumir mi problema, diría que soy un multimillonario que ha perdido sólo mil pesetas"
Hala...pensemos :)
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