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Dos supernumerarias blogueras



jueves, 29 de marzo de 2012

Seguir a Cristo tan de cerca que corredimamos



Ya van llegando los días en que no sólo recordaremos la Pasión de Jesús sino que la actualizaremos, como si lo siguiéramos desde los Ramos a la Resurrección, con gratitud por la Redención -MI REDENCIÓN- y con un espíritu de desagravio, doliéndonos por MIS PECADOS y los del mundo entero, que hicieron que Cristo sufriera por salvarnos -SALVARME- todo lo que sufrió, tanto físicamente en la cruz como moralmente en el Huerto.

Todo lo que fue necesario para estos fines tan convenientes para mi y para todos fue posible por la disponibilidad del Señor, por su deseo de hacer la Voluntad de su Padre.

Somos sus discípulos y debemos seguirlo, tomando nuestra cruz de cada día para unirnos a Él, corredimiendo, tal como dice san Pablo, "al suplir en su cuerpo lo que falta a los padecimientos de Cristo" (Col 1, 24)

¿Qué tiene de raro nuestra mortificación para cooperar? Lo raro en un cristiano sería no tenerla o no aceptarla, pues dolores vamos a tener siempre en la vida.

2 comentarios:

Tinta dijo...

"¿Qué tiene de raro nuestra mortificación para cooperar? Lo raro en un cristiano sería no tenerla o no aceptarla.."

Esta idea es muy buena Marita. Lo raro es dar la espalda a amor tan grande.

Cuando la gente me pregunta con una cara de extrañeza enorme : ¿pero tú vas a misa?
Yo les respondo exactamente con la misma cara de sorpresa: Ah, ¿¿pero tú no vas??

Gracias por esta entrada :)

AleMamá dijo...

Excelente respuesta, amiga. Dar vuelta el argumento