Mayo, con olor de flores, calor y bellos cielos....primavera en el hemisferio norte donde habita el Santo Padre y está la mayor parte de la población mundial. Mayo, mes de María, mes de
romerías en su honor en el Opus Dei.
En Chile, desde donde escribo, estamos en Otoño, con el amarillo de color dominante y días cortos, pero también nos las arreglamos con ilusión para hacer esta visita especial a algún santuario o ermita de la Virgen del dulce nombre para hacerle saber, con esta serie de rosarios, que la queremos, que ponemos lo que somos y tenemos en sus manos, para que como Madre hable cosas buenas de nosotros al Señor cuando esté en su presencia, o sea en todo momento.
Es notable la cantidad de pequeños grupos de dos o tres personas que durante todo este mes, como lluvia incesante, aparecen en los lugares en que se venera a la Madre de Dios. No es llamativo, no es multitudinario, pero es eficaz para remecer corazones dormidos y avivar la fe en todos, y de este modo discreto son miles y miles las avemarías que se derraman en mayo por todo el mundo. Y tú, ¿te animas?