Tengo una perrita muy simpática de raza Yorkshire-Trufa-
Es muy pequeñita a pesar de sus dos años de vida.
La compramos en un momento de debilidad materna ante la insistencia de mi hija pequeña y bueno, de la carita que tenía tras los cristales de la tienda donde estaba...me dejé llevar.
Lo cierto es que no me arrepiento y además reconozco que Trufa me da qué pensar.
Me sigue a todas partes, me contempla con pleitesía y bebe los vientos por mí, me espera siempre, me hace fiestas y cada encuentro es un momento especial, lleno de afecto y alegría.
Me gustaría ser como ella y no cansarme de Dios, poner mis cinco sentidos en Él y centrar mi vida en torno a su voluntad.
Yo quisiera ser, como Trufa es conmigo, contigo Señor.
1 comentario:
¡Yo también, y le movemos la cola felices! Él nos reprenderá alguna vez, pero luego se nos olvida el regaño y gana la alegría por ser su amigo.
Besps
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